lunes, 9 de marzo de 2009

Disertación crítica de la condición humana en un aspecto de las relaciones interpersonales


Hay una característica envidiable del cine norteamericano contemporáneo. Es un elemento único que debería envidiar la industria internacional. La proporción estética de este elemento, que se repite en muchas de las piezas comerciales es fantástica: Creo sinceramente que Scarlett Johanson debería aparecer en todas las películas del mundo. No importa nada más. Ni si quiera que tenga un papel. ¿No creen, queridos lectores, que podría simplemente aparecer en la pantalla, jugando con sus dedos, con la mirada baja, bañándolos con una mirada triste, pero luminosa? Hay muchas películas en las que hubiera preferido verla durante 7 minutos sin decir nada, en lugar de tragarme una escena sobrada o deficiente.

Y eso tiene que ver por que en una de las aristas que conforman la película que acabo de ver, se muestra el miedo de los hombres al compromiso y me recordó un ensayo de mi ya querido amigo Gi (su nombre de pila no es necesario) y que me parece pertinente ahora.

Ah... y ahora sí ya viene la bitácora. Estará dedicada a la causa de la memoria de Daniel Barrera Arellano

Extraño al patán. (Les voy a adelantar el final para que no lo puedan adivinar: Era yo) El cinismo llevado encima o llevado por él. Una sonrisa larga, una mirada corta. La caricia al despedirme de ella. De ellas. Mierda… Otra vez quebraré un espíritu. De cualquier forma, si no hubiera sido yo, hubiera sido el sistema, un maestro o su primo segundo. La patanería no es sinónimo de misoginia, pero conozco a pocos colegas dispuestos a ver a una mujer encima de ellos… en sentido figurado, claro.
Muchos hombres tienen miedo al compromiso. Se imaginan en una fila interminable a todas las mujeres que nunca tendrán. Aceptémoslo, la mayoría de ellos no hubiera tocado a ninguna de todas maneras. Otros, en cambio, sacrifican su talento para complacer a sus mujeres. Sí: Juraron interponer su felicidad a costa de la propia. Pero encuentran otras formas… hijos, fútbol, trabajo, todo lo posible por inhibir su instinto multígamo… alcoholismo.
En mi caso, ni si quiera me ha quedado claro. En un análisis introspectivo, llegué a la conclusión conciente de que las vicisitudes que implican una responsabilidad mutua con una pareja me las paso por los gametos. No es que no me importen, sino que no creo que mi vida deba cambiar. No creo que deba hacer mi vida miserable. Prefiero mi bienestar a la tuya. Prefiero tus orgasmos a los míos.
Me extraño patán. La emoción de descubrir, de revelar. No como una necesidad anal de acumular suspiros, de sostener culminaciones. El momento en el que le puedes cambiar la vida al mundo, por destrozar la visión de una mujer… Sí, llorará, pero no se arrepentirá. Me maldecirá, y ya. Y si puede, me destruirá. Pero nada podrá compararse al amor que me regaló. Que le arranqué. Y todas las horas en las que ella se desgarra y culmina en un beso fulgurante… no, no voy a renunciar.

Ah, y te amo.

Gi

3 comentarios:

Alfred dijo...

1.- ¿Has pensado en escribir una columna?
2.- Creo que el temor al compromiso por parte del macho, se debe al no desear cambiar el modus vivendi que tan comodamente tiene, este modus vivendi puede verse perfectamente reflejado en el confromísmo en el que estamos sumids... siguiendo diariamente una amrea de trabajadores que a las 7 de la noche sube y a las 10 baja. Es un verdadero miedo, temor y pavor al cambio (y no necesariamente al de las moneditas) ya bien lo dice un viejo conocido y mexicano refran... más vale malo por conocido que bueno por conocer. No respetamos un esquema de 'estados equivalentes' para ganar algo tenemos que 'ofrendar' algo lo uno por lo otro, los 10 pesos por la torta de tamal, aunque creo que ya me salí del tema... ¿o no...? ah voy por una torta... de tamal.

Anónimo dijo...

Fraaaaaa !!!

apoco ya viste esa pelìcula?? (la de la imagen)

Es que apenas vi el corto pero no se cuando se estrenará en nuestro país. o si ya paso eso y ni cuenta me di...

Cha... como fui la primera en saber q tenías blog quería ser la primera en dejarte un post, en el que aparte de comentar sobre tu escrito, agregaría alguna frase ñoña y cursi como muestra de mi aprecio, agradecimiento por tu amistad, etc...Pero me acaban de cortar la inspiración...ni modo...

XD

Bueno, solo agregare que (como mencione antes) no he visto esa pelicula ("he's not that into you"...creo q asi se llama), así que creo q deberé verla. No se si mencionaste la tematica de la misma, o estabas hablando de otra película... pero creo q el miedo al compromiso de muchos hombres ya es un problema cultural... las ultimas generaciones han sido demasiado consentidas, haciendo que los valores de antes se hayan perdido.

Ahora, los niños prefieren ser cuidados por sus "mamis" o por sus amigos hasta los 50 años; edad en la que se dan cuenta de que vivieron los "18" por siempre, y q no trascenderán en este mundo. Porque hay q entender que uno de los miedos del hombre es morir; entonces, si les es díficl encontrar pantalones para comprometerse con una mujer, mucho menos lo harán con sus hijos... en consecuencia, no los tendràn; por lo tanto, morirán sin dejar alguna pequeña huella de que estuvieron aqui...y si tienen hijos, pues ahi estarán bien, gracias.

Digo, finalmente, puede haber sus excepciones, y haya quienes superen su inmadurez eventualmente.

Pero qué se yo??... tengo al hombre perfecto conmigo, y nada que ver (no es sarcasmo, por si te lo preguntabas, jaja). Ya no quedan hombres en el mundo Fra... solo hay uno y está conmigo.

Mmmm... yo no iba a comentar nada, y ya me proyecte. Bueno, te quiero amigo!!!

XD

pd. Ojala algun día pueda volver a verlos aventarse contra una jardinera... jajajaja... malditos!!!

Anónimo dijo...

Síndrome de Peter Pan, qué le vamos a hacer?
estás infestado hast alas orejas