lunes, 16 de marzo de 2009

Día 12


Él no lo sabe: Daniel Barrera Arellano se ha convertido el embajador de su causa. Una causa que él no defendió, pero que sus deudos compartirán. Comparten.

Hasta hace unos días, se desempeñaba como topógrafo en las obras del Circuito Interior. La historia ni si quiera es sorprendente para los que llevamos años viviendo en este país, así que la contaré de la manera menos solemne: Unos tunantes, que conducían poderosas camionetas (Una Voyager azul y una Ram blanca, sin placas) se encabronaron cuando pasaban por el tramo cerca del hospital La Raza. Insultaron a los trabajadores y pues, ya que estaban por ahí, ni modo de no bajarse a golpearlos. En el momento culminante uno de los conductores le disparó a mansalva a Barrera, quien falleció la semana pasada.

Él no conocía su causa. Así como nosotros tampoco: La libertad de vivir en un país sin miedo. De poder mentarle la madre al cabrón que se metió en la fila sin el temor de que saque una pistola y sonría mientras te agujera el cráneo. De poder hablarle a una mujer en la calle por la razón simple y animal de quieres tener descendencia con ella (no confundir con decencia, por favor), o por lo menos intentarlo, no por que la quieras secuestrar. De salir en la calle, simplemente por que te dieron ganas de correr. ¿Cómo lo haces sin pensar que aquél que necesita alimentar a sus hijos o comprarse una tele nueva te puede seguir y matarte por que no te creyó cuando le dijiste “No mames. No traigo varo”?

Esa es la causa de Daniel. Una que él no conocía, pero que desde hoy se ha vuelto mi embajador. Esta bitácora está dedicada a su memoria.

2 comentarios:

Alfred dijo...

Y todavía te preguntas porque busco huir hacia tu libertad???...

Cossette Kyo White Andley d' Auvergne dijo...

No ma... Fra... sin comentarios... este escrito si me llegó...

sabio eres, en verdad...

sueles serlo.